jueves, 20 de diciembre de 2012

El Bar


¡La copa se apura, la dicha se agota;
de un sorbo tomamos mujer y licor…
Dejamos las copas…Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces del amor!
Manuel Gutiérrez Nájera, “Para un Menú”

Bastarían las anteriores palabras para describir todo lo que encierra el libro escrito por Rubén M. Campos (1876-1945), de hecho, a muchos nos bastaría con el título: un artículo, dos consonantes y una vocal que sabemos enlazan vidas, destruyen sueños y ya crean momentos gloriosos, ya los omiten para aquel que no desea recordarlos. No se necesita más, a secas, el manuscrito póstumo del poeta modernista se llama: El Bar. Necesitarían no haber estado en uno para subestimar el título, pero de requerir algo más podría ser: La vida literaria de México en 1900.

Imagen de: Mi Méjico de ayer

jueves, 13 de diciembre de 2012

El Coqueto: pesquisas sobre las pesquisas


Cuando veía a una muchacha bonita en la calle, un lado de mí decía:
que muchacha tan linda, me gustaría hablar con ella,
salir con ella, pero otra parte de mí se preguntaba:
 ¿cómo quedaría su cabeza pinchada en un palo?
Ed Kemper

Era el 27 de febrero del presente año y estaba a medio plato de Corn Flakes cuando escuché por primera vez sobre “El Coqueto”, observé con detenimiento el pésimo reportaje y continué desayunando mientras oía lo mal que está Francia o España, ¡Y nosotros que nos quejamos!, me dijo el yo que espera que me trague toda esa basura.
Igual que nuestra superioridad económica y social ante el primer mundo, descalifiqué la noticia de Cesar Armando Librado Legorreta, alias “El Coqueto”, eso sí, le presté más atención al caso después de ver los graciosamente crueles encabezados en los tabloides amarillistas, en donde ofrecían tres millones de pesos como recompensa y organizaban un aparato policiaco digno de película hollywoodense.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Hablando de charrería (2da parte)

Ante la falta de apoyo mostrada por las autoridades, no queda más que interesarnos por nuestra propia cuenta en este deporte (y en todo de lo que de él emana), para conocerlo, revalorizarlo y aprobarlo o aborrecerlo, según sea el caso. Así que, si gustan y pueden, los invito a que se internen en un medio al que tenemos sojuzgado, y que subsiste gracias a la fuerza que tiene en los estados del interior de la república, donde sigue siendo parte vital de las poblaciones.
Un consejo útil y al que recurrí con fines investigativos, es el mezclarse entre las multitudes reunidas en los lienzos charros (ejemplo: Tezontepec, Hidalgo) con una buena porción de pulque de piñón en la mano (por aquello del apego etnográfico) y un taco de excelente barbacoa hidalguense en el estómago.


Fotografía tomada del sitio Charroup.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Hablando de charrería (1ra parte)


Nota: Al igual que el reportaje anterior, este trabajo fue hecho a principios del 2012 con motivos escolares pero considero que, dado que nada para bien ha pasado respecto a la problemática de la FMCH, el interés y la actualidad están presentes aún.

Dedicado a la redactora de la columna Caleidoscopio, que espero lea y guste de estas líneas desde tierras francesas. Un abrazo.

Uso tosco jarano y chaparreras
en hoja de maíz fumo el cigarro
soy señor de una yunta, bebo en el jarro
el jugo de las verdes magueyeras.
Manuel Carpio (1791-1860)

Fotografía tomada del perfil en facebook de Decharros.com
Acompañe la presente lectura con la siguiente pieza musical.

martes, 27 de noviembre de 2012

Tres méndigas piedritas (3ra parte)


Lunes. Salí rayando las nueve de la mañana, hora en que la vida se renueva en Coacalco, llegué a la Casa de Cultura “Calmecac”, esperando que la directora, Yolanda de León Barrón, pudiese responderme algo relativo al “cráneo, el arco y la otra pieza” que exhibe dicha dependencia en tres banquitos con un fieltro negro muy mono y especialmente construido para la acumulación de polvo.
-No, pero ahorita nadie te va a dar información, ¡eh! Esas piezas las encontraron con la remodelación, quedaron de analizarlas, pero en eso está, en el proceso.
-¿Nadie me puede dar información? ¿Y la directora?
-No, la directora no está ahorita, ella anda en la campaña, nomás llega, firma y se va.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Tres méndigas piedritas (2da parte)


Vecinos incómodos

Domingo, cinco pesitos y veinte violaciones al reglamento de tránsito después, me encontré en el pueblo de Santa María Magdalena Huixachitla, el cual recibe a sus visitantes mediante un arco bastante alegre pero empequeñecido por la plaza comercial de siete u ocho pisos de alto que terminó por devorar el paisaje del pequeño poblado. Fui ahí debido a que el orgullo de los vecinos durante los últimos once años ha sido el susodicho mamut de Potrero, que resguardan celosamente tanto del gobierno, como del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), e inclusive, del público.
Un amable señor vendiendo jugos me dijo: “a la derecha y después, a la altura de la camioneta, doblas a la izquierda, y ahí está lo que buscas.”
Su contestación me hizo sentir como en thriller de suspenso, seguí las indicaciones y llegue al flamante Museo Paleontológico de Coacalco, el cual me dio la bienvenida con su fachada inacabada y en obra negra, no bastando con eso, me repitieron la acostumbrada respuesta del día anterior:
-Date una vuelta mañana como a las nueve –en mi mente le cambié el “mañana” por “el lunes” para no perder la costumbre.
Aquí algunos artículos relativos al museo y publicados en distintos medios durante los últimos años dan cuenta de la importancia que el asunto tiene para las autoridades, así tenemos que en 2007 El Universal y La Jornada daban a conocer las intenciones del entonces (y próximamente...de nuevo) alcalde David Sánchez Isidoro de convertir el sitio en una lechería, y del cómo los vecinos de La Magdalena tenían que cuidarse de sus propias autoridades municipales.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Tres méndigas piedritas


Nota: el siguiente reportaje fue realizado en junio pasado, el plan original era publicarlo en algún medio pero las campañas arruinaron tanto a la publicación como al contenido del mismo (por aquello del cambio en los puestos políticos), lo aclaro sin mucha necesidad de hacerlo pues como todos sabemos, la burocracia es como la materia: no se crea ni se destruye, solo cambia de administración. De ahí que considero útil el que, si alguien retoma esta información, sepa otorgarle el contexto y la importancia que merece, para en base a ello exigir a las autoridades correspondientes. Una vez dicho esto comienzo con el relato:


Restos arqueológicos en Coacalco... ¿encontrados, donados, aparecidos por generación espontánea?

Jamás sabré el minuto exacto en el que la auto revelación de: “oye, esto es un excelente material periodístico” vino a mí, solo sé que fue durante un aburridísimo partido de fútbol entre alemanes y lusitanos. Empaqué mi grabadora, un poco de cambio y tomé rumbo a la cabecera municipal de Coacalco de Berriozábal, con el único objetivo de aprender un poco más de esas tres méndigas piedritas, causantes de tanto embrollo.