Vecinos incómodos
Domingo,
cinco pesitos y veinte violaciones al reglamento de tránsito después, me
encontré en el pueblo de Santa María Magdalena Huixachitla, el cual recibe a
sus visitantes mediante un arco bastante alegre pero empequeñecido por la plaza
comercial de siete u ocho pisos de alto que terminó por devorar el paisaje del
pequeño poblado. Fui ahí debido a que el orgullo de los vecinos durante los
últimos once años ha sido el susodicho mamut de Potrero, que resguardan
celosamente tanto del gobierno, como del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), e inclusive, del público.
Un
amable señor vendiendo jugos me dijo: “a la derecha y después, a la altura de
la camioneta, doblas a la izquierda, y ahí está lo que buscas.”
Su
contestación me hizo sentir como en thriller
de suspenso, seguí las indicaciones y llegue al flamante Museo Paleontológico
de Coacalco, el cual me dio la bienvenida con su fachada inacabada y en obra
negra, no bastando con eso, me repitieron la acostumbrada respuesta del día
anterior:
-Date
una vuelta mañana como a las nueve –en mi mente le cambié el “mañana” por “el
lunes” para no perder la costumbre.
Aquí algunos artículos relativos al museo y publicados en distintos medios durante los últimos años dan cuenta de la importancia que el asunto tiene para las autoridades, así tenemos que en 2007 El Universal y La Jornada daban a conocer las intenciones del entonces (y próximamente...de nuevo) alcalde David Sánchez Isidoro de convertir el sitio en una lechería, y del cómo los vecinos de La Magdalena tenían que cuidarse de sus propias autoridades municipales.
Mamut emperador de La Magdalena Huixachitla
Mencionar que la junta vecinal también
resguarda un óleo del afamado pintor novohispano Cristóbal de Villalpando
(1649-1714), que junto con el mamut deben representar un botín jugoso para
cualquier ladrón de arte o contrabandista (digo, no sé cómo estén los precios
en el mercado negro pero seguramente alguien debe estar dispuesto a pagar
algunos vales y cachos de rosca por objetos como los mencionados).
Salí casi huyendo del lugar puesto que el candidato del PAN a diputado local, Armando Hernández Lucio, tenía planeado “una magna presentación” en el kiosco de La Magdalena. Ocho pesos más y esta vez un conducir amable, me depositaron con todo y un nunca deleznable “que pase buena tarde” del chofer, en el lugar más reiterativo del Estado de México: Ecatepec de Morelos, en la Avenida Morelos, cerca de Jardines de Morelos, y frente a, para no variarle, la Casa de Morelos.
Salí casi huyendo del lugar puesto que el candidato del PAN a diputado local, Armando Hernández Lucio, tenía planeado “una magna presentación” en el kiosco de La Magdalena. Ocho pesos más y esta vez un conducir amable, me depositaron con todo y un nunca deleznable “que pase buena tarde” del chofer, en el lugar más reiterativo del Estado de México: Ecatepec de Morelos, en la Avenida Morelos, cerca de Jardines de Morelos, y frente a, para no variarle, la Casa de Morelos.
Reitero que el reportaje es de junio pasado, así que todos sabemos que Hernández Lucio perdió las elecciones ante su opositor del PRI.
No
era tanto mi afán de profundizar en las peripecias del Siervo de la Nación, me
encontraba ahí para visitar al colega pleistocénico tardío del mamut
coacalquense, el cual es exhibido y resguardado por el INAH en el único museo
de sitio de Ecatepec, el municipio más poblado del país y cuya densidad de población es superior a la de muchos países de Europa central.
Casa de Morelos
Y
aunque Ecatepec, antes padre, ahora sólo hermano incómodo de Coacalco tiene
también mucha cola que le pisen (como es el abandono de obras virreinales como
el conocido Albarradón de Ecatepec), puede presumir al menos del cuidado y de
la difusión entre sus habitantes de su prehistórico inquilino. El cual fue
hallado en el año de 1995 en la colonia Ejidos de San Cristóbal, restaurado por
un equipo de especialistas liderados por Luis Córdoba Barradas y puesto a la
disposición del Museo Casa de Morelos, dependiente del INAH.
Albarradón de Ecatepec, autopista libre a Tizayuca.
Motivo
de análisis son las 300 o 400 visitas, en palabras de los trabajadores, que
recibe el museo en promedio por cada domingo, que, si las contrastamos con las
inexistentes visitas del mamut coacalquense, quien no se brinda al público
durante los fines de semana, pues mantiene un horario de 9 a 17 horas, eso si el
dentista que también ocupa el inmueble no tiene mucha gente esperando consulta.
Mammuthus Columbi exhibido en la Casa de Morelos, encontrado en 1995 por Córdoba Barradas en la colonia Ejidos de San Cristóbal
(Concluye)
Pues parece que en Coacalco no es un "Compromiso por México" la difusión de cultura :/
ResponderEliminarTremendo abandono el caso del "albarradón", una cosntrucción que se remonta en sus primeras etapas al imperio Mexica y que su estado actual es una vergüenza, no sólo de parte de las autoridades sino que incluso los propios habitantes que lo llenan de basura y pintas, al paso que vamos no va a durar ni una generación más
ResponderEliminarTremendo abandono el caso del "albarradón", una cosntrucción que se remonta en sus primeras etapas al imperio Mexica y que su estado actual es una vergüenza, no sólo de parte de las autoridades sino que incluso los propios habitantes que lo llenan de basura y pintas, al paso que vamos no va a durar ni una generación más
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