Nota: el siguiente reportaje fue realizado en junio pasado, el plan original era publicarlo en algún medio pero las campañas arruinaron tanto a la publicación como al contenido del mismo (por aquello del cambio en los puestos políticos), lo aclaro sin mucha necesidad de hacerlo pues como todos sabemos, la burocracia es como la materia: no se crea ni se destruye, solo cambia de administración. De ahí que considero útil el que, si alguien retoma esta información, sepa otorgarle el contexto y la importancia que merece, para en base a ello exigir a las autoridades correspondientes. Una vez dicho esto comienzo con el relato:
Jamás sabré el minuto exacto en el que la auto revelación de: “oye, esto es un excelente material periodístico” vino a mí, solo sé que fue durante un aburridísimo partido de fútbol entre alemanes y lusitanos. Empaqué mi grabadora, un poco de cambio y tomé rumbo a la cabecera municipal de Coacalco de Berriozábal, con el único objetivo de aprender un poco más de esas tres méndigas piedritas, causantes de tanto embrollo.
Restos arqueológicos en Coacalco... ¿encontrados, donados, aparecidos por generación espontánea?
Jamás sabré el minuto exacto en el que la auto revelación de: “oye, esto es un excelente material periodístico” vino a mí, solo sé que fue durante un aburridísimo partido de fútbol entre alemanes y lusitanos. Empaqué mi grabadora, un poco de cambio y tomé rumbo a la cabecera municipal de Coacalco de Berriozábal, con el único objetivo de aprender un poco más de esas tres méndigas piedritas, causantes de tanto embrollo.
La
primera decepción fue enterarme de que el trabajo burocrático es tan extenuante
que demanda cerrar en puntito del medio día del sábado (igual y una horita
antes si el jefe no anda cerca) y de plano todo el domingo.
-Date
una vuelta el lunes, como a eso de las nueve –me dice el guardián del palacio.
Regreso
al Calmecac para admirar, decepcionado y por última vez a esos tres míseros
objetos que bien podría extraer usando a uno de sus descendientes de color
rojizo. Decido apaciguar al contrabandista escondido en mí e investigar en
donde se pueda, asciendo la pequeña escalinata que conduce a la Parroquia de
San Francisco de Asís, me adentro en las oficinas de la misma. Vacías. Avanzo
un poco más y llego hasta un cuarto contiguo al atrio, me cuelo a las bodas de
plata de José Armando y María del Refugio…José y María, bromearía el Párroco,
los demás reirían.
-Date
una vuelta el lunes porque ahorita está medio complicado –me responde, por
segunda vez en menos de cinco minutos, el sacristán, quien amablemente me
entrega un panfleto con la historia del inmueble, aumentando mis ansias de
información debido al rumor de restos arqueológicos debajo del templo
franciscano construido en las postrimerías del siglo XVI.
Aquel
sábado terminó con un sabor amargo, pues los antecedentes tanto de
investigaciones como de interés de las autoridades en temas relacionados con
hallazgos arqueológicos o paleontológicos en la zona no son del todo
alentadores. De 1990 a 2001 se descubrieron e investigaron osamentas completas
o semicompletas de mamuts en numerosos municipios de la antigua cuenca del lago
Xaltocan: Coacalco, Ecatepec, Zumpango, Tultitlán, Tecámac, Teoloyucan, entre
otros.
Excavaciones del INAH en la unidad Potrero La Laguna durante 1990.
Fotografía proporcionada por Silvia Cárdenas
En
algunos municipios se desestimaron los hallazgos, fue el caso de Tultitlán,
mientras que en otros se inició una desenfrenada competencia para identificar
la antigüedad, completar las osamentas, restaurar, erguir y finalmente ubicar
en un espacio digno a las nuevas joyas municipales, tal fue el caso de Ecatepec
vs. Coacalco; municipio que tenía una ventaja de 10 años pues el mamut de
Coacalco fue descubierto en 1990 durante la excavación para cimentar la futura
unidad habitacional de Potrero La Laguna, sin embargo, los huesos estuvieron
guardados, ya en San Pablo de las Salinas, ya en el auto del investigador Luis
Córdoba Barradas, quien desenterró las osamentas en ambas localidades.
Y
la competencia, a pesar de todo, la ganó Ecatepec.
(Continúa)
Pues ni pex inches burócratas webones, les vale gorro la historia :/
ResponderEliminarNo queda más que informarse y exigir, claro que suena demasiado fácil pero por algo se empieza, compadre.
ResponderEliminarSaludos y difunde la palabra del Señor (es decir este blog jaja).
Coacalco... Se han hecho visitas de inspección a esta parte de Jalisco y como bien dices existen muchos restos fósiles... Reporta al INAH y personal de la sección de Arqueología irá; el teléfono gratis es el 01 800 839 4150 Saludos.
ResponderEliminarPues al tiempo de hacer el reportaje platiqué con gente del INAH, pero me comentan que sólo intervienen cuando el patrimonio está en riesgo crítico. De no ser así, como es el caso de Coacalco (en donde las autoridades andan esperando que les den el papel protagónico para poner a sus amigos a cargo de la investigación) se tiene que conducir a través del ayuntamiento local.
ResponderEliminarBueno, por eso el reportaje está aquí, para que los ciudadanos se enteren. Saludos y gracias por la info.
Hola
ResponderEliminarMe podría indicar por faor donde podría conocer mas sobre la historia de Tultilan
por favor envie la información a marcoaureliosanchez@outlook.com
Claro, le mandaré dos sugerencias (una es de la autoría del antropólogo Barradas, mencionado en este reportaje). Supongo que tal vez la Casa de Cultura de Tultitlán guardé algún estudio... o el archivo municipal (en caso de que no los hayan tirado a la basura, como también cabría suponer).
EliminarSaludos