sábado, 12 de enero de 2013

Entrevista a Ignacio Romero Islas (2da parte)

Además del agradecimiento tácito al profesor Ignacio Romero, esta entrevista, y  un sinnúmero de aspectos más, no hubieran sido posibles sin el aprendizaje que obtuve de personas como mi amigo y compañero Yair López (entrevistado líneas abajo durante un día de pinta escolar suyo), el profesor Raúl, el profesor Gamaliel, la profesora Elsa y por último pero no por eso menos importantes, los profesores Marcos García y Sonia Suárez,  a todos ellos  gracias.

Amor y entrega

Son las dos palabras con las que se define a si mismo tanto profesional como personalmente hablando, pues se declara como alguien que ama su trabajo y que no vive de, sino que vive para las artes marciales; explica que su estilo de vida no es para enriquecerse económicamente, sino para mejorar internamente, lo económico es irremediablemente un factor pero lo considera como algo complementario. “Es lo que pretendo y lo que me ha dado muchas satisfacciones”, señala.



En el aspecto personal, el profesor es un hombre casado y con tres hijos, los cuales también practican las artes marciales, “mi hija mayor es cinturón negro segundo dan y mis otros dos hijos son cintas negras también”. A lo largo de los años ha encontrado el punto de fusión de lo familiar con lo profesional al involucrar esa entrega a cada aspecto de su cotidianidad.
Detiene por un breve momento el diálogo para enseñar una técnica de defensa personal denominada “candado al cuello” a dos alumnas cinturones blanco, señala los movimientos primeramente en sombra y después con compañero, simulando un ataque, una vez terminada la explicación indica el numero de repeticiones del ejercicio en cuestión y continua con la conversación.
Hace mención de lo que hasta el momento ha sido su mayo reto y dice: “el mayor reto ha sido conmigo mismo, el seguirme preparando día con día y sobretodo el seguir preparando alumnos, tengo la fortuna de tener discípulos que actualmente son grandes maestros dentro del ámbito marcial, no solamente en el Karate sino también de Judo, de Aikijutsu, defensa personal y de manejo de armas ya que ostento varios grados en disciplinas.”
El enriquecimiento personal y la preparación de los estudiantes es lo que considera como más gratificante y más demandante respectivamente. Ya que su objetivo siempre ha sido el continuar preparándose, entregado a su disciplina mediante las clases y los conocimientos que tiene el gusto y agrado de transmitir.
 Opinión que coincide con las de aquellos que lo han tratado como profesor, quienes lo ven como una persona responsable y muy estricta en todos los aspectos de la práctica y aun más en las competencias. En lo personal, Yair López Castellón, quien fuera su alumno de Karate Lama Sam durante ocho años lo considera como alguien agradable, alegre y que siempre está animando a sus alumnos sin importar las condiciones; apunta además que la más valiosa lección que ha aprendido del profesor Ignacio es el ser alguien responsable en todos los aspectos de la vida y en el siempre estar practicando un deporte.

Yair López (cinturón azul) sufriendo los embates de quien esto escribe (guiño)

Yair recuerda que en una ocasión se encontraba en un torneo al cual solamente iba preparado para competencia, pero que el profesor Ignacio insistió en que practicaran las formas conocidas como Katas por lo cual pagó de su propia bolsa la cuota requerida para él pudiese participar en dicha competencia y presentar finalmente la técnica barrida de la cobra. A pesar de que no iba preparado para dicha competencia, Yair se alzó con el tercer lugar, y posteriormente, en el combate, obtuvo la primera posición, “desquitándose”, afirma.


Ignacio Romero (segundo de izquierda a derecha) junto a colegas profesores y alumnos

(Concluye)

2 comentarios:

  1. Hola, quiero felicitar al maestro ya que fui uno de sus alumnos, le envio un fuerte abrazo. atte: Jorge Marquez.

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    1. Muchas gracias, yo igual fui alumno del Profesor Ignacio. A ver si en estos días voy a saludarlo y extiendo su felicitación. En definitiva hacen falta mentores como él.

      Que bueno que gustó este post. Saludos.

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