Las artes marciales
“La importancia [de las artes marciales] radica en que se adquiere una disciplina y un enriquecimiento como ser humano con principios y cualidades positivas. Una persona que practica un arte marcial es alguien en constante superación personal y la mayoría de los que practican y que son mis alumnos tengo la dicha de que son buenos estudiantes y buenos profesionistas, hay sus excepciones obviamente”, agrega entre risas (en clara alusión a este autor).
Artículo de semblanza publicado en El Nacional
El alumno ideal, bajo su concepción, es aquel que tiene la inquietud para
aprender y la entrega para realizar su entrenamiento, que se supera en su
acontecer diario y que aplica positivamente lo que aprende en el dojo, ya que practicar un arte marcial
no es motivo para estar alardeando acerca de la posición que se puede o no
tener. Lo que más se debe quedar en el alumno es la humildad, el respeto y la
forma de ser una persona tranquila, que al fin y al cabo se trata de “defensa
personal”, comenta.
Precisamente este es el mayor cambio que en su opinión ha notado dentro
del tiempo que lleva practicando, asegura que desafortunadamente hay muchas
personas que no están bien preparadas y que por el simple hecho de conocer
algunas cuantas rutinas se sienten con la capacidad y tienen el atrevimiento de
impartir clase sin tener ni siquiera preparación o siquiera noción de lo que
hacen. En contraste, señala a los maestros que le han instruido durante su vida
profesional: “tuve la gran fortuna de tener al profesor Juan José Zamora
Flores, quien es mi profesor de toda la
vida y que gracias a él soy lo que soy, y otros dómines como el profesor Javier
Mejía, Horacio Zamora o Juan Carlos Malagón, profesores en diferentes
disciplinas marciales."
Su momento más grato ha sido siempre el ver
desarrollarse a sus alumnos más avanzados como grandes profesores y sobretodo “cuando
mis alumnos ganaron el campeonato internacional de la especialidad en Estados
Unidos durante tres ediciones seguidas”; indica que su episodio más angustioso
fue cuando uno de sus alumnos sufrió una fractura dentro de un torneo.
El objetivo primordial del profesor Romero es encargarse
de que la escuela y la organización ANAMYS crezcan tanto nacional como
internacionalmente, seguir preparando alumnos y competidores para campeonatos
mundiales. Además de perpetuar y hacer cumplir la promesa que se hace para dar valor
al grado que se le otorga. A lo que añade: “Mi sueño es ver crecer a mi
alumnado, a mis cinturones negros como profesores y una de mis más grandes ilusiones
es el de que mi escuela, mi asociación crezca más.”
Un estilo de vida, un compromiso y el perseguir y
haber logrado una meta es lo que define a Ignacio Romero Islas, quien deja al
aire el concepto del maestro ideal al decir “¿el maestro ideal? Pues eso
tendría que juzgarlo el alumno ¿no?” pero al decir esto deja ver a todo aquel
al que trata la respuesta a esta interrogante, pues no sólo el maestro ideal se
ejemplifica en él, ya que también representa un modelo a seguir, una
inspiración, un mentor, un amigo y en una palabra: un sensei.
Suban a youtube videos de sus técnicas.
ResponderEliminarLuego estamos tan metidos entrenando que no se nos ocurre grabar. Tengo algunos videos de mis examenes con el maestro Romero si te interesan.
EliminarPero te recomiendo sin duda venir al dojo, nada como aprender de mano del maestro.